Trabajo desde una orientación cognitivo-conductual, que es el enfoque científico teórico-práctico más utilizado y validado empíricamente, eficaz en trastornos psicológicos y en el manejo de las dificultades que el paciente observa de sí mismo y desea mejorar para conseguir mayor bienestar emocional.
Desde esta orientación, mediante la valoración e intervención en pensamientos, conductas y emociones, logramos la modificación de patrones cognitivos y/o conductuales disfuncionales que generan un perjuicio para el paciente.
Etapa de valoración del caso. Para establecer un buen plan de acción es necesaria una buena evaluación. Mediante entrevista y las pruebas pertinentes se evalúa la problemática. Por medio del Análisis Funcional, averiguamos la historia del problema, las causas, las variables que afectan y las fortalezas con las que cuenta el paciente para hacerle frente.
Se lleva a cabo en dos sesiones aproximadamente, con carácter semanal si es posible.
Tras la evaluación, se establecen los objetivos prioritarios hacia los que se trabajarán, y se informa y explica al paciente convenientemente del diagnóstico y la intervención que se llevará a cabo.
Se trata de la etapa en la que se ponen en funcionamiento los recursos necesarios para el tratamiento del problema. Se utilizan las técnicas necesarias y se trabajan las pautas pertinentes que se consideren precisas para la recuperación. En ella se produce un aprendizaje por parte del paciente de una nueva forma de afrontamiento a nivel conductual, cognitivo y emocional.
Es la parte de la terapia en la que se observa la evolución del paciente progresivamente, según su ritmo. Se considera aconsejable que las sesiones sean semanales, al menos al inicio. Conforme se produce la evolución, se irán distanciando, de semanales pasaran a quincenales, y más tarde cada tres semanas, fomentando así el manejo del problema por parte del paciente.
En esta etapa las sesiones se distanciaran a mensuales, con el objetivo de valorar la evolución, confirmar los avances y afianzar las dificultades que todavía puedan aparecer.
En ocasiones es conveniente mantener contacto con profesionales que también intervienen con el paciente, como médicos, psiquiatras, profesores,… Esto colabora en la intervención.
Si se considera pertinente se llevará a cabo la derivación del paciente a otros profesionales.
Es posible que el paciente necesite un informe psicológico por tema laboral, para el centro educativo u otro profesional de la salud, o para una solicitud de reconocimiento de grado de discapacidad. Se realizarán atendiendo a las necesidades de cada caso.