Empieza el cole. Un curso más de deberes, problemas de matemáticas, dictados de lengua, inglés, naturales y sociales, exámenes y… las temibles notas!!. Todavía recuerdo la peor nota del año pasado… un 4,5!!!! Me llevé un disgusto… ¿por qué nos dicen que lo importante es el esfuerzo y el comportamiento y luego la nota final siempre es la del examen?. Es injusto que todo dependa de un día, ¿ y si estaba muy nervioso?, ¿o si me dolía la tripa?, ¿o si me hice un lío en el primer problema y ya no pude concentrarme para lo demás?.
Mi amigo Fer se tiró todo el curso pasado castigado en casa porque suspendió muchos exámenes. Así que no pudo ir a los cumpleaños de varios compañeros, ni le dejaron ir a una excursión, ni le regalaron la bici que le habían prometido. Yo creo que no es justo porque Fer hacía todos los deberes y se portaba muy bien en clase, a veces hasta me explicaba cosas que yo no entendía, como los distintos tipos de triángulos o el ciclo del agua. Pero el pobre se pone muy nervioso en los exámenes y no da pie con bola.
Y no es el único que se pone nervioso. Yo, en algunos, también me asusto, por ejemplo, en el de matemáticas o inglés, que no me gustan nada de nada. Cuando llega la hora y la profe nos reparte el examen, nos dice que no podemos copiar del compañero… y todas esas cosas, empiezo a notar que el corazón va más deprisa, me sudan las manos y no puedo estarme quieto. Y todo por las notas!!
Mis padres siempre me dicen que no me preocupe, que lo más importante es que trabaje mucho y entienda todo lo que me explican. Ojalá todos los papás fueran igual porque así todos mis compañeros estarían más contentos en el cole.
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En el sistema educativo, las notas de los exámenes tienen una relevancia indudable a la hora de hacer las evaluaciones del alumnado. Y en casa también tendemos a valorarles según las notas que sacan, pero esto puede producir frustración, falta de motivación y ansiedad en nuestros pequeños y pequeñas.
Lo que queremos fomentar en estas personitas es el esfuerzo y el trabajo. ¿Por qué entonces lo que premiamos son las buenas notas?. Si tan fundamental nos parece que aprendan para su futuro una capacidad de trabajo que les ayude a la hora de hacer un plan de vida o desempeñar su camino laboral, ¿por qué la bici se la regalamos si sacan sobresaliente o por qué le contamos a la familia y amigos las notas que han sacado?.
Estamos equivocados. Si lo que queremos fomentar es el esfuerzo, lo que debemos reforzar y premiar es eso mismo, el esfuerzo. Si nuestro niño estudia todas las tardes, hace sus deberes y muestra interés por sus tareas, y en el examen obtiene un 5, debemos reforzarle por todo ello, animándole a seguir así sin poner el acento en el 5. Si nuestra niña saca un 10 en un examen pero se sienta a estudiar a regañadientes, se niega a hacer los deberes y su comportamiento no es adecuado, aplaudiremos lo bien que le salió el examen pero debemos hacer mucho hincapié en lo importante de todo lo demás.
Cuando un niño se esfuerza sin obtener una gran nota y a lo que le damos peso es a lo segundo, contribuimos a su frustración y desmotivación. Por el contrario, si ante un mal resultado, premiamos su trabajo previo, el niño percibe que sí ha sido recompensado y que merece la pena el esfuerzo, potenciando así una sana autoestima.
No nos centremos en la nota del examen. Nuestros hijos tiene múltiples capacidades, cada niño unas u otras, pero todas ellas valiosas y fundamentales. Un niño puede tener gran capacidad para la música (quizá su futuro vaya encaminado a ella) y detestar los idiomas. Otro seguramente sea bueno con los números pero en escribir, redactar y hacer análisis sintácticos no sea brillante. Habrá quien tenga una creatividad magestuosa que le facilite la redacción, el dibujo o la música pero no saque más de un 6 en matemáticas. Lo importante es que todos y cada uno de ellos tienen algo especial que merece ser potenciado y reforzado.
Por tanto, averigüemos que capacidades tienen nuestros hijos e hijas y hagámosles sentir especiales y únicos demostrándoles nuestro orgullo, independientemente de las notas que obtengan.
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Premia el esfuerzo y no las notas. Descubre los potenciales de tu hijo/a. Demuéstrale tu orgullo y hazle sentir único y especial.
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María De La Cruz