| 647 54 81 76
Colegida nº CM875
Dani y los deberes...

Como estoy aprendiendo a expresar emociones, hoy os escribo para desahogarme un poco.

He empezado tercero de primaria. Llevo un mes y ya estoy cansado. ¿Cómo pueden pensar que puedo hacer en una sola tarde 5 ejercicios de matemáticas, 3 de lengua, 3 de inglés, 4 de sociales y estudiarme el esquema de naturales? ¡Es una locura!! Además tengo que ir a clases extraescolares, algunos días inglés (si ya doy en clase!!), otros a música, otros a… lo he olvidado…

¿Por qué las semanas no tienen 3 días de cole y 4 de fin de semana? Así podríamos jugar, correr, ver películas, e invitar a merendar a mis amigos más a menudo. Encima ellos también tienen muchas actividades, que si yudo, que si piscina, que si tenis,… ¿Cuándo quieren que nos veamos y nos relacionemos? ¿no dicen que es tan importante?

Volviendo a los deberes, se supone que debo hacerlos deprisa para terminar antes, pero entonces la letra no se entiende y tengo que repetirlos. Y si voy lento para que se entienda, tardo más y tampoco está bien porque así “me va pillar el toro”, que todavía no entiendo bien lo que significa pero por la cara de mi madre no debe ser nada bueno.

Cuando estoy haciendo mis tareas me gusta mirar por la ventana, pintar en la mesa, hacer pelotillas con lo que se cae de la goma al borrar,… pero a veces de repente me doy cuenta de que tengo a mi madre detrás resoplándome en el cogote y a punto de gritar, entonces me adelanto y digo: ¡ya voy, ya voy, ya voy….! Y es que cuando ya llevo un rato, cualquier cosa me distrae, estudiar es muyyyy aburrido.

¿¿Puede ser que a nadie se le ocurra hablar con los profesores para que no nos manden tantos deberes??

En fin, que estamos a martes y ya estoy cansadísimo.  A veces me siento enfadado porque me parece injusto, también frustrado porque veo que no tiene solución, y otras veces triste y agotado.

También reconozco que cuando por fin termino, me siento bien y cuando la profe me felicita o saco buena nota, me siento contento y me sienta fenomenal que mis padres me digan que están orgullosos de mi. Eso me anima a seguir. Aunque el siguiente día que me encuentro en el escritorio de mi habitación con todos los libros y cuadernos delante, vuelva a mirar por la ventana o hacer un dibujillo en la mesa. Por cierto, mi madre ha descubierto que la parte de debajo de mi mesa está lleno de garabatos… pensaba que nunca lo descubriría… pero claro, es mi madre.

 

El mundo a ojos del pequeño Dani.

María De La Cruz.