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Colegida nº CM875
Descubre los beneficios del Mindfulness

¿Por qué debes aprender a meditar?

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”

Albert Einstein

 

Ya nuestro Ramón y Cajal, premio Nobel en Medicina en 1906, descubridor de la Teoría Celular, base de la Neurociencia actual, aseguró que “cualquier ser humano es capaz, si se lo propone, de ser escultor de su propio cerebro “.

La palabra MINDFULNESS significa atención plena.  Aprender Mindfulness implica centrar nuestra atención en el momento presente por medio de la respiración fundamentalmente, fomentando así la neuroplasticidad cerebral, ya que podemos esculpir nuestro cerebro, tal y como nos enseñó el padre de la Neurociencia.

Tradicionalmente se entiende la meditación como una práctica relacionada con culturas orientales. Actualmente ya está estudiada desde un punto de vista científico y esto ha permitido entender cómo funciona a nivel cerebral y cuáles son sus beneficios.

Aprendiendo Mindfulness conectamos con nuestras sensaciones corporales y nuestras emociones. Nos ayuda a conocernos mejor y somos más capaces de calmarnos, controlarnos y reaccionar adecuadamente ante miedos, amenazas y conflictos.

Disminuir la agitación mental, controlar el estrés y la ansiedad, mejorar la gestión emocional (miedo, ira), aumentar la atención y afrontar mejor el dolor, son algunos de los regalos que nos ofrece la práctica de la meditación.

La investigación reciente nos explica qué ocurre a nivel cerebral. Mediante la práctica del Mindfulness se producen beneficios tanto funcional como estructuralmente en nuestro cerebro reforzando la actividad de ciertas áreas:

- Corteza prefrontal: asociada al autocontrol, así como a todas las funciones ejecutivas y a emociones positivas. La corteza prefrontal es el director de orquesta del cerebro, ya que se encarga de planificar, organizar, decidir, atender, y todas aquellas funciones ejecutivas implicadas en la cognición.

-Corteza cingulada: implicada en la percepción de las sensaciones corporales y el dolor.

- Cortezas frontal y parietal, e ínsula: implicada en la interocepción o percepción de sensaciones internas y conciencia de nosotros mismos.

Además, cabe destacar que la meditación disminuye la actividad de una estructura implicada en las emociones de miedo o ira, la AMÍGDALA, ampliando así nuestra capacidad de reacción y disminuyendo las reacciones de ansiedad. Para entenderlo mejor, nos detendremos en cómo funciona esta estructura tan emocional.

La amígdala es una estructura subcortical perteneciente al sistema límbico, clave para nuestra supervivencia. Su principal función es integrar la emoción con los patrones de respuesta a nivel fisiológico y conductual. Gestiona la reacción de miedo (escape/huida), ira… Es fundamental ya que la emoción está presente en el procesamiento de cualquier información.

Ante un susto, peligro o situación de estrés agudo, la amígdala hiperreacciona, la emoción nos ciega y respondemos rápidamente para garantizar nuestra supervivencia. Esto se denomina SECUESTRO AMIGDALINO.

En ocasiones, sufrimos este secuestro amigdalino ante situaciones no peligrosas (conflictos familiares, estrés laboral, demandas mal gestionadas…) de forma prolongada, de manera que la amígdala aumenta su volumen y es más reactiva, haciéndonos más susceptibles y descontrolados. Al ser un detector de alarmas, reaccionamos antes sin pensar. Cuando estamos estresados la amígdala crece y se hipertrofia. Con la meditación, disminuimos su tamaño y su reactividad ante el enfado o el miedo, potenciando así nuestro autocontrol y capacidad de reacción.

La entrenamiento en Mindfulness requiere una práctica diaria, convirtiéndose así en un hábito que nos permite dedicarnos un hueco a diario en el que encontrar la calma y la serenidad, centrándonos en nuestra respiración. La investigación científica nos dice que los cambios son observables a partir de las ocho semanas de práctica diaria.

Conocernos, identificar nuestras emociones, gestionar y controlar nuestras reacciones, disminuir la divagación mental y las rumiaciones, nos hace sentir serenidad y nos produce gran bienestar.

 

 

 

“No sobreviven los más fuertes, sino los que mejor se adaptan”

Charles Darwin

 

 

André C., (2013). La meditación de consciencia plena. Mente y cerebro,59, pp. 70-76.

Yi-Yuan Tang, Britta K. Hölzel and Michael I. Posner, (2015). The neurosciencie of mindfulness meditation. Nature Reviews Neuroscience. Published online.